Una gran parte de los aficionados húngaros a la Fórmula 1 apoyan al bicampeón mundial Fernando Alonso, que cumple 42 años este año. Pero, ¿por qué el piloto español goza de tanta popularidad en un país que “solo” acoge una carrera al año?
Fernando Alonso puede celebrar sus 42nd cumpleaños este año, pero todavía está en buena forma. Todavía tiene esa velocidad y resistencia que le valieron dos títulos mundiales, que podrían ser cuatro con un poco más de suerte.
El samurái español también podría dar un gran golpe este año. Después de un movimiento arriesgado a Aston Martin desde Alpine, donde anteriormente ganó sus dos títulos mundiales, parece dar sus frutos a lo grande, con el equipo británico logrando grandes ganancias.
Alonso podría competir por podios y victorias este año. Esta perspectiva podría hacer que los fanáticos húngaros de la F1 se vuelvan absolutamente locos. Pero, ¿por qué los fanáticos húngaros de la F1 apoyan a Alonso en lugar de a otras superestrellas de F1 más jóvenes como Max Verstappen, Charles Leclerc o la nueva superestrella británica Lando Norris?
Primero, debemos entender las diferencias entre quién ve la Fórmula 1 a nivel mundial y en Hungría. Recientemente, con la invaluable ayuda de la serie de docudrama de Netflix Drive to Survive, más y más jóvenes comenzaron a ver F1. El crecimiento es especialmente notable si echamos un vistazo al género de los nuevos seguidores.
Las participantes femeninas en la Encuesta Global de Fans de la F1 casi se duplicaron, y ESPN también reportó una participación récord de mujeres en su audiencia. Ese cambio, sin embargo, es lento en Hungría, ya que la audiencia todavía se compone principalmente de hombres de mediana edad.
A los conductores más jóvenes como Norris les gusta hablar sobre los problemas de salud mental de los deportistas, mientras que otros, como Lewis Hamilton, comenzaron a adoptar su posición para hablar sobre temas de derechos humanos.
Estos temas no resuenan bien con la audiencia húngara más conservadora, a la que le gusta ver los deportes y la política como entidades separadas.
En lugar de lidiar con ideas intangibles en un entorno deportivo, Alonso vive para una sola cosa: las carreras. No necesita sacar fuerzas de una causa cercana a su corazón, su pura fuerza de voluntad y motivación son suficientes para que siga adelante a los 41 años.
Ese aspecto de su personaje atrae claramente a la audiencia húngara. Además, no olvidemos que Alonso es el último piloto contemporáneo para una gran parte de los fanáticos húngaros de la F1. Fernando Alonso recuerda a la gente de tiempos más simples.
El hecho de que no comente ningún problema que preocupe a otros pilotos y se centre por completo en las carreras, para los húngaros encarna el arquetipo perfecto de un piloto de F1. Es el último mohicano de una época, donde el automovilismo no tenía una responsabilidad social tan pronunciada.