Caída del florín: eslovacos y austriacos inundan los mercados húngaros
Los residentes de Eslovaquia utilizan el euro desde 2009. Los austriacos pagan con la moneda común de la UE desde hace 23 años. Desde que el florín húngaro rompe cada semana nuevos mínimos históricos frente al dólar, cada vez más ciudadanos eslovacos y austriacos deciden hacer sus compras en Hungría porque su dinero vale más que nunca. Por supuesto, no solo vienen eslovacos y húngaros que viven en Eslovaquia, sino también austriacos.
Austriacos y eslovacos pueden comprar mucho más por su euro
Según la index.hu, tres años antes, 1 EUR costaba 330 florines. La semana pasada, el tipo de cambio aumentó a 430 HUF/EUR. Algunos expertos argumentan que seguiría aumentando. Otros advierten sobre la importancia de un acuerdo con la Comisión Europea sobre los miles de millones de euros bloqueados en los fondos de la UE.
El banco central húngaro intervino el viernes. Gracias a un aumento drástico de la tasa de interés, el tipo de cambio del florín se normalizó un poco (418 HUF/EUR, 428HUF/USD), pero su debilitamiento está lejos de terminar, señalan los expertos.
Basado en un informe del periódico húngaro Palabra nueva en Eslovaquia, más extranjeros pululan por los supermercados húngaros. Los austriacos y los eslovacos pueden comprar más por su dinero debido a la debilidad del florín. Una residente de Rajka, un asentamiento cercano a la frontera entre Eslovaquia y Hungría, dijo que podía comprar el doble de carne por la misma cantidad de dinero que en Eslovaquia. “Esa es una diferencia considerable”, agregó. La situación es la misma en el caso de los productos lácteos, las verduras y las frutas. Así, los que pueden venir a Hungría a hacer sus compras aquí.
Incluso los productos más baratos son caros para los húngaros
Index.hu escribe que el número de granjas lecheras que dejan de operar en Hungría está aumentando. Eso se debe a los altos precios de la energía y la sequía que golpea duramente a ese segmento de la economía húngara. Por lo tanto, los precios de los productos lácteos seguirán aumentando en Hungría. En el Este del país, los forrajes son un gran interrogante, mientras que los precios de la energía plantean un desafío insoluble para todos los que trabajan en el país. Y la cuestión ya no es la calidad sino la cantidad en ese sentido.
Index.hu nos recuerda que en julio, Tesco comenzó a importar pechuga de pollo de Eslovaquia porque había escasez en Hungría. Eso puede suceder en el futuro en el caso de los productos de los vecinos. Por lo tanto, puede suceder que los eslovacos vengan a los supermercados húngaros a comprar pechuga de pollo eslovaca más barata que en su país.
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Fuente: index.hu, Új Szó
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