¿Cómo se convirtió Hungría en la capital de los festivales europeos?
Hungría es el anfitrión de una serie de festivales increíbles, tanto populares como aclamados por la crítica. ¿Qué hay detrás de este gran éxito?
Hay muchos festivales de verano en Hungría, al igual que en otros países del primer mundo, pero el nuestro parece sobresalir en hospedarlos. Sziget, Balaton Sound y Ozora son éxitos de taquilla continentales, mientras que eventos más pequeños como Colorado, Bánkitó y Fishing on Orfű atienden más a la escena alternativa local. ¿Cuáles son las razones de este excepcional estándar de calidad?
Tradición
Los festivales musicales surgieron de la nada en la década de 1990, ¿verdad?
Bueno, no exactamente.
Obviamente, tales festivales no existían bajo el socialismo per se, pero eventos como Táncdalfesztivál, un programa transmitido por el canal de televisión nacional donde los artistas emergentes podían mostrar sus habilidades musicales, ayudaron a fomentar un ambiente musicalmente apreciativo. Cuando combinas el deseo por la buena música y la tradición de "salir al aire libre" (solo piensa en los campamentos de verano socialistas) con el repentino estallido de libertad en la década de 1990, obtienes la receta para un paisaje de festival perfecto.
karoly gerendai
A menudo es injusto atribuir el éxito de toda una industria a una sola persona, pero tal vez podamos hacer una excepción con Károly Gerendai. El gastrónomo y empresario nacido en Gödöllő inauguró Sziget en una isla del norte de Budapest en 1993 y lo convirtió en el mayor festival europeo en 25 años.
Solo por enumerar algunos de los artistas principales de los últimos años: Ed Sheeran, Rihanna, Kendrick Lamar, Robbie Williams y muchos otros: Sziget se ha convertido realmente en un festival que debe incluirse en la gira europea de cualquier artista convencional.
Su cartera también incluye Balaton Sound y Volt, generando interés para otros festivales más pequeños mientras tanto.
Precios
Por último, pero no menos importante, debemos reconocer que los precios, tanto de las entradas como de las actividades presenciales, son uno de los principales factores de competitividad de los festivales húngaros. Un pase estándar para un gran festival como Sziget es una fracción de uno occidental.
Solo mire la diferencia: un pase de 3 días para Tomorrowland en Bélgica cuesta 293 euros, mientras que un pase de 5 días para Sziget tiene un tope de 299 euros. Eso hace que un día cueste aproximadamente 100 euros en Tomorrowland frente a los 60 euros de Sziget.
Y no olvidemos los precios de las bebidas que rondan los 2-3 euros en Hungría y muy probablemente comiencen en 6-7 libras en un festival como Glastonbury.
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