¿Hungría recuperará territorio de Ucrania? ¡El plan de un político rumano sorprende a Europa!

Călin Georgescu, ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales rumanas, ha estado en el punto de mira por sus opiniones nacionalistas y de extrema derecha. Uno de los principales elementos de su programa es la revisión territorial, que supondría la anexión de partes de Ucrania a Rumanía, Hungría y Polonia. Considera que el actual Estado ucraniano es artificial y que su partición es inevitable.
En una entrevista, Georgescu afirmó que la situación geopolítica también cambiará las fronteras. En este contexto, mencionó Bucovina del Norte y la región de Buzac como áreas de interés natural para Rumania. Krónika en líneaEl político también reclamaría ciertas partes de Maramures y Transcarpatia, que históricamente formaban parte del Reino de Hungría.

La cuestión de la revisión
Los planes de Georgescu no carecen de precedentes como ideas revisionistas. Diana Șoșoacă, otra política de extrema derecha rumana, había presentado anteriormente un proyecto de ley que pedía la recuperación de antiguos territorios rumanos en Ucrania. Sus ideas también iban más allá de las fronteras actuales de Rumanía y se habrían extendido hasta el norte de Maramures.
Las ideas de los movimientos nacionalistas rumanos coinciden sorprendentemente con las declaraciones de algunos actores políticos rusos. Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, ha declarado en repetidas ocasiones que la división de Ucrania es inevitable. Según él, Polonia, Hungría y Rumanía aspiran a recuperar sus antiguos territorios. Según Medvédev, este escenario sería preferible para Moscú a la adhesión de Ucrania a la OTAN, que supondría una amenaza estratégica para Rusia.

La difusión de ideas revisionistas podría amenazar la estabilidad no sólo de Ucrania, sino de toda la región. Aunque por ahora Georgescu y sus colaboradores sólo hablan a nivel de declaraciones políticas sobre sus reivindicaciones territoriales, esa retórica podría provocar a largo plazo graves tensiones diplomáticas. La cuestión es hasta qué punto esas ideas se quedarán en el plano retórico de los círculos de extrema derecha y hasta qué punto podrán adquirir una influencia política real.
Los argumentos de los políticos revisionistas se basan en el hecho de que estos territorios han cambiado de manos varias veces a lo largo de la historia. Por ejemplo, la parte norte de Maramures fue parte de Hungría hasta el Tratado de Trianon, luego pasó a formar parte de Checoslovaquia y más tarde de la Unión Soviética. Desde la independencia en 1991, Ucrania ha mantenido el territorio, pero los políticos rumanos de extrema derecha dicen que se trata de una situación temporal.
Las perspectivas húngara y polaca
Curiosamente, Georgescu calificó sus propias ideas de “generosas”, pues creía que una parte de los territorios irían a Hungría, mientras que otros permanecerían en manos de Polonia. En el caso de Transcarpatia, el político señaló que el territorio no sólo pertenecería a Rumanía, sino que algunas partes también podrían ser devueltas a Hungría. Sin embargo, se refirió al resto de Ucrania como la “Pequeña Rusia” de Rusia, en clara referencia a la narrativa imperial rusa.
Georgescu y otros políticos como él prevén transformaciones geopolíticas que cambiarían radicalmente el mapa de Europa del Este. Aunque el pasado histórico y los sentimientos nacionales se utilizan a menudo como herramientas políticas, el orden jurídico internacional actual no respalda esas aspiraciones revisionistas. Al mismo tiempo, la inestabilidad causada por la guerra y la interrelación de los intereses de las grandes potencias hacen que no se puedan descartar nuevas disputas territoriales y conflictos en la región en el futuro próximo.
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Esperemos que Zelenski no espere un gesto amistoso de Hungría. Él es el enemigo.
Zelensky no puede dar cuenta de la mayor parte de los 177 mil millones de dólares que Estados Unidos envió a Ucrania.
Se han desperdiciado dólares de los contribuyentes que trabajan duro en esta nación corrupta para que un puñado de personas con buenas conexiones puedan beneficiarse de la guerra mientras los ucranianos mueren por decenas de miles.
No es necesario preguntarle a Zelensky, en Internet se puede encontrar fácilmente cómo se explica el apoyo de EE.UU.:
70 mil millones de equipos militares
33 mil millones de dólares de apoyo presupuestario para el gobierno
2.8 millones de dólares en ayuda humanitaria
y 70 mil millones gastados en diversas actividades estadounidenses asociadas con la guerra en Ucrania
Cifras aproximadas, puedes consultar las cifras exactas aquí: https://www.cfr.org/article/how-much-us-aid-going-ukraine
Es triste que la dictadura corrupta que gobierna Rusia haya causado tanto daño a la soberanía de Ucrania. Sin la agresión rusa, Ucrania no necesitaría tanto apoyo.
Biden se ha ido, Trump no donará libremente. Trump quiere todos los minerales raros de Ucrania como pago. Ahora la UE, que tenía los ojos puestos en el mismo recurso, tendrá que hacer cola. Zelenski ha vendido literalmente a su país. Zelenski no se dio cuenta de lo que había empezado: la pérdida total de soberanía y de control económico.
No culpo ni a los Estados Unidos ni a la UE por querer algún tipo de compensación. Sus contribuyentes han hecho demasiados sacrificios. Los ucranianos tal vez hayan aprendido algo de este desastre: elijan a un político en lugar de a un payaso.