Orbán ataca la candidatura de Ucrania a la UE con un impactante vídeo de inteligencia artificial que muestra ataúdes y soldados húngaros.

“No queremos que envíen a nuestros hijos al frente ucraniano y los veamos regresar a casa en un ataúd”, dijo el primer ministro Viktor Orbán en un video publicado en Facebook el lunes.
Orbán publicó un vídeo con una declaración falsa
El vídeo comienza con una declaración del ex jefe de gabinete Romulusz Ruszin-Szendi, del opositor partido Tisza, diciendo que “si Ucrania fuera miembro de la UE o de la OTAN… sería correcto que nuestras fuerzas fueran allí”.
Ruszin-Szendi habló sobre esto en una entrevista hace seis meses, pero la frase ha sido sacada de contexto y, además, se ha interrumpido claramente la línea de pensamiento. El resto de la frase, «las fuerzas de los países del Atlántico Norte, sin ellas, podrían ser un casus belli para Rusia», ha sido omitido. Desde entonces, Ruszin-Szendi ha declarado en repetidas ocasiones que es mentira que haya dicho que alguien enviaría soldados húngaros a Ucrania.
“No queremos que nuestros hijos sean enviados a los frentes ucranianos o incluso a territorio ucraniano en forma de tropas húngaras y verlos regresar a casa en un ataúd”, dice Orbán en el video. video También llama a la gente a “hacer clic ahora y votar no en el sitio web voks2025.hu”.
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Día de los Mártires de 1956
“Seguir siendo libre hoy también requiere coraje”, dijo el primer ministro Viktor Orbán el lunes, conmemorando el día de los mártires de 1956.
En un video publicado en Facebook, Orbán se refirió a un discurso que pronunció durante el nuevo entierro de Imre Nagy y sus compañeros mártires el 16 de junio de 1989. «En 1989, los rusos tuvieron que ser devueltos a casa para que pudiéramos ser libres», declaró. «Se necesitó mucho coraje entonces, y también se requiere coraje hoy, para permanecer libres. Los imperios van y vienen; no huiremos».
Orbán señaló que en 1989 le habían sugerido que, tras haber pronunciado un gran discurso el 15 de marzo, no hablara en el nuevo entierro, ya que la fuerza de un partido político "no debería depender de una sola persona". Pero la respuesta fue que el discurso podría ser bien recibido ante una multitud de 200,000 a 300,000 personas y podría ser la última oportunidad "de decir cosas importantes, con toda seriedad, al país y al mundo".
Orbán dijo que él y sus compañeros de entonces eran considerados jóvenes para la política. Pero cuando la democracia era nueva, «todos tenían la misma edad», añadió. Comentó que el texto de su discurso planeado fue revisado por un editor del periódico Századveg, quien sugirió que Orbán inclinara la cabeza ante los mártires.
Al final, dijo, hizo un discurso más largo que escribió junto con László Kövér, el actual presidente del Parlamento.
Orbán afirmó haber rechazado la solicitud del historiador György Litván de ver el discurso con antelación, aunque le reveló su intención de instar a los rusos a irse a casa. Litván expresó sus reservas al respecto y se preguntó si tal declaración podría ser prematura. Además, expresó su preocupación por la duración del discurso, de siete minutos.
Orbán dijo que luego consultó con Kövér, quien desestimó las preocupaciones de Litván, argumentando que habían escrito un buen discurso y que debían seguir adelante.
El primer ministro señaló que Imre Nagy y los demás mártires eran comunistas, por lo que era necesario explicar la presencia del Fidesz en su nuevo entierro. En vista de ello, la frase de su discurso sobre la incompatibilidad entre la democracia y el comunismo había sido necesaria, añadió.
Después del entierro, Orbán organizó una conversación con Janos Kis, filósofo y fundador de los Demócratas Libres, quien argumentó que instar a la retirada de los rusos había sido un error, aunque al final admitió que el Fidesz bien podría tener razón siempre que los gobiernos checoslovaco y de Alemania del Este fueran derrocados en otoño.
Orbán afirmó que se había desatado una "gran campaña comunista" contra ellos porque consideraban el discurso irrespetuoso. Añadió que, en cuanto las autoridades admitieron haber asesinado a los mártires de 1956, el sistema comunista en Hungría se derrumbó. Era evidente que Nagy había sido una víctima, afirmó, por lo que János Kádár, quien posteriormente dirigió el Partido Comunista, "probablemente fue un asesino". Este momento, añadió, no fue solo un cambio de régimen, sino el punto de inflexión del sistema.
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