El Papa Francisco muere a los 88 años, su legado sigue vivo en Hungría

El Papa Francisco, fallecido a los 88 años, deja un legado perdurable en Hungría, donde sus visitas y mensajes tuvieron una profunda repercusión. Aunque ya no esté, su influencia seguirá inspirando a Hungría y al mundo.

Una vida de fe

El papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, dirigió la Iglesia Católica Romana desde marzo de 2013 hasta su fallecimiento en 2025 a la edad de 88 años. Como el primer jesuita y el primer papa no europeo en más de un milenio, el papa Francisco se convirtió en una figura mundial de humildad, reforma y compasión. Su papado se caracterizó por su compromiso con la justicia social, el diálogo interreligioso y el cuidado del medio ambiente. Conocido por su postura progresista en materia de doctrina y su enfoque inclusivo en las enseñanzas de la Iglesia, el papa Francisco abogó frecuentemente por los pobres y marginados y se mantuvo como un firme defensor de la paz en los conflictos internacionales.

Papa Francisco
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El Papa Francisco y Hungría

As Magyar Nemzet Según escribe, el papa Francisco desarrolló una relación única y sincera con Hungría a lo largo de su papado. Visitó el país en varias ocasiones, especialmente en 2021 y 2023, celebrando misas en Budapest y conviviendo cordialmente con las comunidades húngaras. Su primer contacto con la cultura húngara fue en Argentina, siendo joven. Durante sus visitas, expresó su deseo de pasar más tiempo con el pueblo húngaro. Supuestamente, el papa solo entendía dos palabras húngaras: tokaj y gulyás. Al preguntársele sobre el idioma que hablaba durante su visita a Budapest, dijo:

Solía ​​hablar alemán o inglés. El húngaro no se habla fuera de Hungría. Solo en el cielo, porque dicen que se tarda una eternidad en aprenderlo.

El Papa Francisco se reunió con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en numerosas ocasiones, tanto en el Vaticano como en Budapest. Sus conversaciones giraron constantemente en torno a preocupaciones compartidas, como la promoción de la paz, el apoyo a las familias y la protección del medio ambiente. Esta sólida relación diplomática contribuyó a fortalecer los lazos entre Hungría y la Santa Sede. En 2024, el Papa Francisco también honró a la científica húngara Katalin Karikó nombrándola miembro de la Academia Pontificia para la Vida, en reconocimiento a su contribución pionera al desarrollo de vacunas de ARNm.

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