La moda de la pintura que se extendió por todo el país, y sigue siendo fuerte
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Una página en blanco puede resultar intimidante. Lo mismo puede decirse de un lienzo en blanco, especialmente para un pintor aficionado. Antes de la década de 1950, muchas personas ni siquiera habían cogido un pincel. Un hombre llamado Dan Robbins cambió eso para millones de estadounidenses.
El inicio
Todo comenzó en Detroit en 1951 con Palmer Paint Company. El propietario de la empresa, Max S. Klein, buscaba una nueva forma de comercializar la pintura. Acudió a Robbins, que había estado creando juegos de pintura para niños, y le pidió que inventara algo para adultos.
El concepto era llevar pintura a los hogares de los estadounidenses de la posguerra. Era una nueva forma novedosa de generar ventas de pintura. Se llamaba pintura por número. El kit incluía un lienzo impreso, un juego de pintura numerado y pinceles simples. La idea despegó casi de inmediato, aunque no fue bien recibida por la crítica.
Opiniones divididas
Para muchos, pintar por números era problemático. Fue visto como una violación del verdadero arte de la pintura. Los críticos lo vieron como impersonal y consumista. Los entusiastas de la pintura por números fueron menospreciados como imbéciles con los pinceles.
Sin embargo, Klein y Robbins habían logrado crear una locura en el hogar que también fue una bendición financiera. Las personas que nunca antes habían pintado ahora tenían una forma accesible de empezar. Puedes comenzar con tu propia obra de arte aquí mismo.
La clave para el éxito
Parte de la razón por la que los kits de pintura por números despegaron de la forma en que lo hicieron fue que llegaron en un momento especial de la historia de Estados Unidos. El país acababa de salir de una guerra mundial. Muchas mujeres que se habían incorporado a la fuerza laboral volvieron a ser amas de casa. Muchos hombres que se habían unido al servicio habían regresado a casa.
Así, el país entró en una nueva era de ocio. Era una época de hula hoops, patines, bolos y juegos de mesa. El momento era perfecto para presentar un nuevo pasatiempo y el sello de Palmer, Craft Master, hizo precisamente eso con pintura por número.
Marketing creativo
La moda se puso de moda no solo porque pintar por número es divertido. Es gracias a las ideas creativas de marketing de Max Klein que el concepto ganó impulso. En un movimiento genial, instaló una pintura del tamaño de una valla publicitaria por número y gradas. Se alentó a los espectadores a ver cómo se agregaba un nuevo color cada día.
Las simulaciones en vivo en los grandes almacenes mostraban a un empleado completando la imagen mientras otro explicaba a los espectadores. Finalmente, el boca a boca fue el principal impulsor de las ventas. No pasaría mucho tiempo antes de que la locura también se apoderara de las celebridades.
Figuras famosas
Una de las personas más famosas en exhibir pintura por números en su hogar fue nada menos que Dwight D. Eisenhower, el 34º presidente de los Estados Unidos. Una exhibición de estas pinturas estuvo en exhibición en la Casa Blanca durante su mandato. Otro rostro famoso que adoptó este nuevo pasatiempo fue el ícono del arte pop, Andy Warhol.
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