El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, le dijo el viernes al presidente turco, Tayyip Erdogan, que tiene la intención de reconocer las masacres de armenios de 1915 en el Imperio Otomano como genocidio en la declaración del sábado, un posible golpe adicional a los ya desgastados lazos entre los dos aliados de la OTAN.
La muy esperada primera llamada telefónica entre los dos líderes tuvo lugar más de tres meses después de la toma de posesión de Biden el 20 de enero, una demora que se considera ampliamente como una frialdad para Erdogan, quien había disfrutado de estrechos vínculos con el expresidente Donald Trump. También llegó un día antes del Día del Recuerdo Armenio, cuando se espera que Biden rompa con décadas de declaraciones cuidadosamente calibradas de la Casa Blanca que habían descrito previamente los eventos como “Metz Yeghern” (gran mal).
Ni la declaración de la Casa Blanca sobre la llamada telefónica ni la lectura de la presidencia turca mencionaron el tema.
“El presidente Biden habló hoy con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, transmitiéndole su interés en una relación bilateral constructiva con áreas ampliadas de cooperación y una gestión eficaz de los desacuerdos”, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Dijo que los dos líderes acordaron reunirse al margen de la cumbre de la OTAN en junio para tener una conversación más amplia sobre las relaciones de sus dos países.
Turquía acepta que muchos armenios que vivían en el Imperio Otomano murieron en enfrentamientos con las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero cuestiona las cifras y
niega que los asesinatos hayan sido sistemáticamente orquestados y constituyan un genocidio.
La declaración de la presidencia turca dijo que ambos líderes coincidieron en “el carácter estratégico de la relación bilateral y la importancia de trabajar juntos para construir una mayor cooperación en temas de interés mutuo”.
Los lazos entre Ankara y Washington se han tensado por una serie de cuestiones,
desde la compra por parte de Turquía de los sistemas de defensa rusos S-400, por los que fue objeto de sanciones estadounidenses, hasta las diferencias políticas en Siria, los derechos humanos y los asuntos legales.
Erdogan había establecido un estrecho vínculo con el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pero desde que Biden asumió el cargo el 20 de enero, Washington ha hablado más sobre el historial de derechos humanos de Turquía. También se ha mantenido firme en su demanda de que Ankara se deshaga de los sistemas de defensa rusos.
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Fuente: Reuters
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